lunes, 28 de marzo de 2011

LOS JÓVENES. ¿EL FUTURO?

Jueves 24 de Marzo. El menor implicado en la muerte de Marta del Castillo, absuelto de asesinato y violación.

“El menor, conocido como El Cuco, cuando salga del centro de menores en el que ya ingresó en febrero de 2009, tendrá que cumplir otros dos años de libertad vigilada, según la sentencia hecha pública esta mañana. En solo un año, El Cuco volverá a estar en la calle ya que el juez de menores no considera que haya pruebas suficientes para condenarle a más años.

Viernes 25 de Marzo. Fiesta de la Primavera.


“Un joven de 24 años ha fallecido en la noche de este viernes a consecuencia de una herida de arma blanca en la Isla de la Cartuja, en Sevilla, donde desde primeras horas de la tarde se ha celebrado el macro-botellón conocido como ‘Fiesta de la primavera’. No hay ninguna persona detenida, aún, en relación a este suceso.

En el macro-botellón se han dado cita más de 6.000 jóvenes según el área de Convivencia y Seguridad Ciudadana del Ayuntamiento. De ellos, casi un centenar (hasta 85) requirieron asistencia sanitaria. Los residuos alcanzaron las 22,4 toneladas.”

(Lo mejor de todo es que cuando el chico salga del centro de menores, no va a tener antecedentes, ya que el expediente se limpia al cumplir los 18 años).

Viernes 25 de Marzo. Peleas a sangre fría.

“En la noche del viernes, después de la Fiesta de la Primavera, Sevilla se convirtió en una jungla. Miles de jóvenes salidos del botellón llenaban las calles de Sevilla, conduciendo borrachos, insultando a todo el mundo, y cometiendo actos vandálicos.

En el centro de Sevilla, dos jóvenes de 20 y 29 años se enfrentaban a sangre fría el uno al otro, amenazándose, gritándose, pegándose y utilizando de forma intimidatoria sendas navajas.”



En este fin de semana estas noticias me han hecho pensar y reflexionar mucho sobre la situación actual de los jóvenes. En las clases, el único espacio en el que se ha podido hablar algo del tema de los menores/adolescentes, fue en la exposición sobre el absentismo y aún así, fue algo muy focalizado.

Da miedo pensar que la sociedad del futuro será regida por este tipo de gente, con unos valores tan deteriorados y una conducta tan agresiva, pero a mí, lo que más miedo me da es que al comentar estas noticias con amigos míos, se repetían una y otra vez frases como: “Ojala mataran al Cuco”/“El chaval del botellón se lo tenía merecido por meterse en peleas”. Y nada más, ahí se quedaban esas reflexiones.

Entre unos, sin moral ninguna, y otros, sin conciencia social, muy lejos no creo que lleguemos, y lo peor de todo es que me da por pensar qué se podría hacer por estos jóvenes y no se me ocurre nada...

Creo que son situaciones muy difíciles, que entrañan verdaderos trastornos y problemas en la conducta, y que los adolescentes tienen ya tan arraigados esos comportamientos, reforzados además por su grupo de iguales, que no soy capaz de imaginar qué se podría hacer para “abrirles la mente” a otras realidades.

Además, no nos ayuda en nada a nuestro trabajo la legislación vigente en nuestro país, que permite que un joven que ha matado a una persona, salga al poco tiempo del centro de menores, con el expediente limpio, o que ni siquiera es capaz de controlar a unos adolescentes que se reúnen para beber sino que los deja hacer de un descampado “la ciudad sin ley”.

Tampoco entiendo como el sistema castiga tan livianamente a los asesinos, y luego a los inmigrantes los mete 18 meses en la cárcel por vender películas pirateadas (cosa que estos se ven obligados a hacer para subsistir y prefieren esta opción antes que recurrir al asesinato por dinero o la venta de drogas).

La verdad es que me siento muy impotente con este tema, pues creo que es uno de mis puntos flojos; no soy capaz de entender lo que hacen los menores/adolescentes ni porqué lo hacen, no tengo “paciencia” para comprenderlos y entenderlos, y sé que eso es un error pero me cuesta muchísimo empatizar con ellos y no se me ocurre ninguna vía real y eficaz de intervención.

La única conclusión clara que puedo sacar, es que matar a alguien sale actualmente muy barato, y es necesario reformar el sistema penal de este país para que personas que han matado a otros, dejen de ser un peligro para la sociedad, y para que las familias de las víctimas puedan sentirse seguras y “consolarse” al saber que la persona responsable de que su vida ya no vuelva a ser la misma, está siendo “castigada” por ello.

Abogaría por defender la reinserción de la persona expresidiaria si tuviera ganas de ser utópica, pero hoy no me apetece, y al haber vivido este fin de semana estos acontecimientos, se me quitan las ganas de luchar por la reinserción de nadie cuando estos personajes se ríen de todos nosotros en nuestras narices, nos “torean” y les buscan las vueltas al sistema; solo en el momento en el que una persona se arrepienta de verdad, podría comenzar a intervenir, pero si encima de haber cometido un crimen, la persona presume de sí mismo y se recrea en su propia prepotencia y egocentrismo, creo que lo primero que debe hacer es verse privada de su libertad, a ver si así le inunda de nuevo la humildad, pone los pies en la tierra y respeta a los demás al menos en su libertad.

Supongo que esa no es la actitud que debe tener un trabajador/educador social, pero en estos temas, mis ideas me juegan una mala pasada aunque si me veo obligada en un futuro, intentaré ser lo más imparcial posible. De momento, esto es lo que siento.

1 comentario:

  1. ¡Vaya temporada que llevamos! Hasta cierto punto comparto mucho de lo que dices. Pero debes pensar con perspectiva preventiva. Puede ser que con algunos de esos jóvenes ya no se pueda hacer nada más que se hagan responsables de sus actos y analizar sus posibilidades reales de rehabilitación y reinserción. Pero y aquellos que ahora tienen 10, 12 años, que to davía no han "caído". Como ya te he dicho alguna otra vez, hay mucho tajo. No te desanimes. La realidad no acompaña, pero no lo hace nunca. Y como decían en "Llamaradas" si caes tú, caemos todos. Muy buena entrada, Jose.

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